Actualidad de la conectividad en Argentina
Resumen de la presentación en el evento "El futuro es TIC" a pocos kilómetros del amarre de los cables submarinos en Las Toninas con la mayoría del sector representado.
El pasado miércoles 26 de abril de 2023, las principales cámaras y empresas de conectividad, tanto fija como móvil, de Argentina se reunieron en Costa del Este (PBA), a kilómetros del emblemático amarre de los cables submarinos en Las Toninas, para firmar un documento conjunto sobre el futuro del sector (ver Manifiesto TIC).
En el evento, titulado “El Futuro es TIC”, tuve la posibilidad de compartir nuestra visión sobre la conectividad en la Argentina y la región. El siguiente artículo es un resumen de la primera parte de la presentación que analizaba el estado actual de la conectividad en Argentina.
La presentación -disponible para descargar al final del artículo-, a su vez, resume varios temas trabajados a lo largo de los años en el proyecto de investigación y consultoría sobre “Economía Digital y Telecomunicaciones” que comparto con el Prof. Carlos Winograd (Paris School of Economics & Universidad de Paris-Saclay).
Panorama actual de la conectividad en Argentina
La conectividad representa el 2,2-3,5% del PBI argentino, y ha venido creciendo sostenidamente año tras año.
A su vez, emplea a más de 73 mil personas de forma directa (y formal), generando alrededor de 350-400 mil empleos de forma indirecta, en todo el territorio argentino. Tal como mencionó Antonio Roncoroni (FECOSUR) en su discurso de cierre del evento, las empresas de conectividad suelen ser el segundo o tercer empleador más importante en cada localidad del interior, detrás de la municipalidad.El sector es capital intensivo y realiza inversiones constantes para garantizar la continuidad del servicio y mejoras de calidad y cobertura. Se estima que en 2022 invirtió 1,6 mil millones de USD (por debajo del nivel máximo de 2017 con 2,2 mil millones de USD). Estas inversiones suelen destinarse principalmente en obra civil (importante generadora de empleo) y equipamiento.
El sector en sí mismo tiene balanza comercial negativa, porque importa la mayoría de los equipos/fibra óptica, y “servicios de telecomunicaciones”, es decir, conectividad global (justamente a través de los cables submarinos).
Sin embargo, no debemos quedarnos solamente con el “equilibrio parcial” y debemos enfocarnos en el “equilibrio general” del sector, ya que la conectividad permite mejorar la productividad de miles de empresas en todo el país, y constituye una “condición necesaria” para sectores exportadores y generadores de empleo como los Servicios Basados en el Conocimiento (SBC).
En materia de brecha digital, Argentina es uno de los lideres regionales, teniendo un nivel de conectividad fija que alcanza casi el 80% de los hogares a nivel nacional, solo detrás de Uruguay a nivel regional, y por delante de México (70%), Chile (66%) o Brasil (58%). Sin embargo, persisten importantes diferencias regionales en el territorio argentino que lentamente se van reduciendo.
De la misma forma, la gran mayoría de la población argentina tiene cobertura de banda ancha móvil (solo 3% de brecha de cobertura), pero persiste una importante brecha de uso (23% de la población).
En materia de asequibilidad de los servicios, los indicadores demuestran que Argentina no es ni particularmente caro ni barato, en particular al comparar los precios con los ingresos de la población. Sin embargo, los indicadores sobre asequibilidad de los servicios son siempre problemáticos para su comparación debido a la importante volatilidad de precios y tipo de cambio que tiene Argentina que afecta la representatividad de estos indicadores en el tiempo.
El impacto de la conectividad es profundo, no solo en el día a día de cada uno de nosotros que tiene un smartphone, sino en toda la economía. Por ejemplo y de forma indicativa (no hay que enamorarse de estos “multiplicadores”), a nivel regional se estima que aumentar un 10% la adopción de banda ancha fija conllevaría un crecimiento del 1,45% del PIB per cápita.
Así mismo, se estima que el sector contribuirá 360 mil millones de USD a la región, 17% por impacto directo y 78% de impacto a través de mejoras de productividad del resto de la economía, y que el 5G en Argentina contribuirá mil millones de USD en 10 años, ¼ por contribución directa y ¾ por mejoras de productividad de la economía en general.
Más allá del impacto económico, la pandemia dejó en claro cuán relevante resulta una conectividad de calidad para la sociedad en general, y cada uno de nosotros es testigo de la importancia de internet y los ecosistemas digitales en nuestro día a día.
Dinámica del sector: ¿círculos virtuosos o viciosos?
La dinámica subyacente del sector, detrás de todas las complejidades de día a día, puede ser representada en dos círculos que se retroalimentan virtuosamente, impulsando el crecimiento de las empresas y el ecosistema digital, o viciosamente, deteniendo el crecimiento de todos los actores.
Las empresas de conectividad (círculo de la derecha) perciben ingresos en función del tamaño de su parque/conexiones, el ingreso promedio por usuario (usualmente llamado ARPU) y la retención de clientes basados en la percepción de calidad del servicio (medido usualmente por el Net Promoter Score). La administración financiera de esos ingresos, como así también otras fuentes de financiamiento, es siempre importante, pero se torna fundamental en países tan complejos como Argentina (inflación, cepo cambiario, restricciones al financiamiento, etc.). Luego las empresas de conectividad realizan inversiones constantes de CAPEX que les permite mantener la infraestructura, expandir la cobertura, mejorar la calidad de servicio o actualizar tecnologías, con el objetivo de captar nuevos clientes u ofrecer servicios de mayor calidad o valor.
En paralelo el ecosistema digital se encuentra constantemente demandando mayor conectividad (primero video SD, después HD, ahora 4k, después 8k…) que genera mayor congestión y peor servicio. Los usuarios demandan mayor calidad, mayores velocidades, nuevas formas de conectarse, que las empresas de conectividad -tanto fijas como móviles- facilitan a través de sus inversiones. Ante la disponibilidad de mayor conectividad, surgen nuevos servicios, nuevos contenidos, nuevos usos, nuevas aplicaciones, que vuelven a impulsar la demanda de los consumidores por más y mejor servicio de conectividad.
Estas dinámicas entrelazadas entre el ecosistema digital y las empresas de conectividad pueden darse de forma virtuosa o trabarse, en general del lado de las empresas de conectividad, y terminar afectando el desempeño de todo el ecosistema digital.
¿Y Argentina? Argentina se encuentra en una situación compleja dado que los ARPU’s vienen cayendo fuertemente desde el 2018, sin visos de recuperación, particularmente desde el DNU 690/20. Uno podría decir que un ARPU bajo implica un servicio más asequible, pero también conlleva menores ingresos que afectan el nivel de inversión (CAPEX) de las empresas, impactando en la cobertura, calidad del servicio e innovación.
En materia de ARPU, Argentina tiene uno de los niveles más bajos de América Latina tanto para conectividad móvil como fija, y muy por debajo del nivel de regiones como Europa y EE. UU. Sin embargo, ha mantenido un nivel de inversión elevado estos últimos años, con una inversión per cápita superior al a la inversión promedio de la región y con un nivel de CAPEX/Ventas elevado.
¿Cuánto tiempo persistirá este escenario de CAPEX elevado con niveles de ARPU en caída? Estos números parecen indicar que los círculos siguen girando, pero no parece un escenario sostenible en el tiempo.
Hacia adelante…
Se estima que hay más de 1700 operadores TIC en Argentina, con diferentes tamaños, servicios, orígenes geográficos y tecnológicos (cableros, telcos, infra, etc.), con una historia conflictiva, pero dispuestos a trabajar en conjunto por una mejor agenda regulatoria y sectorial. Independientemente del origen e historia de las empresas de conectividad, estas tienen un futuro compartido como empresas de conectividad.
A la agenda de conectividad local que incluye cuestiones como el DNU 690/20, el rol activo del Estado, la asimetría regulatoria, la disponibilidad de espectro, nuevos modelos de negocio, entre otros (ver la presentación para más detalle sobre estos desafíos), se le suma una creciente agenda global de los ecosistemas digitales que tarde o temprano termina llegando a la Argentina.
Sin embargo, en el corto plazo, el sector, el Estado y la Argentina (dado que el impacto del sector es tan generalizado), tendría que encarar una agenda reformista de una regulación que tiene más de 30 años y que viene de cuatro años de conflictos y parálisis.
Presentación para descargar:
La presentación incluye un análisis de los desafíos regulatorios como el DNU 690/20, asimetrias regulatorias problemáticas, restricciones regulatorias a los modelos de negocio, y rol activo del estado.
El INDEC reporta el PBI sectorial de “Comunicaciones” que incluye telecomunicaciones, envíos postales, TV paga y radio. El sector Comunicaciones en su conjunto representó el 5% del PBI en 2022.
En base a Analysys Mason (2008) y estimaciones propias aproximadas, el 40-80% del CAPEX de las empresas de conectividad se destina a obra civil. En Argentina, el porcentaje es más cercano a 40-50%.
Gracias a importantes inversiones en CDNs y caches, las importaciones de conectividad se han reducido fuertemente. En 2014 representaban 292 millones de USD, pero en 2021 representaron únicamente 149 millones de USD.
Argentina se ubica en entre los países de la región con mejores indicadores, por encima del promedio regional que tiene una brecha de cobertura del 7% y una brecha de uso 31% (GSMA, 2022).
Uno podría relacionar ARPU con asequibilidad, pero es una relación indirecta -y lejana-, dado que el ARPU incluye todos los servicios complementarios y/o propuestas de mayor valor relacionados con dicho servicio. Supongamos que los planes de conectividad móvil más baratos de una empresa costaran $10, pero la mayoría de los usuarios contratan el servicio de $100 con servicios complementarios (streaming, datos ilimitados, etc.). El ARPU sería más cercano a $100, mientras que el servicio resultaría muy asequible a $10. ARPU’s más altos no significan un servicio no asequible, y viceversa.